Y cada vez que veían a un hombre, le disparaban. Y siempre era un hombre que no conocían de nada. Y que no les había hecho nada. Pero le disparaban. Para eso alguien había inventado su ametralladora. Y por eso había sido recompensado. Y alguien —alguien— lo había ordenado. Cualquiera disfruta, de vez en cuando, de un buen relato de […]
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